Llevarse la comida al trabajo es algo habitual. Normalmente uno suele poner en la lanchera lo que sobró de la noche anterior o prepara algo rápido. Esto, si bien es práctico, no es lo más adecuado para cuidar tu alimentación.
A esto hay que sumarle que a veces se complica comer sano en la oficina: te comparten tentadoras golosinas, no siempre vas a almorzar en el mismo horario y picás cualquier cosa entre horas.
Además, la ansiedad laboral te da hambre. De ahí la importancia de elegir lo mejor posible lo que vayas a consumir.
El almuerzo es una de las comidas principales del día, es decir, que lo que te llevás a la oficina tiene la misma importancia que el desayuno, la merienda o la cena. Por ende, hay que prestarle la misma atención y dedicación.
Para ello, lo mejor que puedes hacer es seguir estas ocho reglas de oro a la hora de preparar, transportar y comer tu almuerzo en el trabajo:
1. Para cada almuerzo elige los tres grupos básicos de alimentos: proteinas, verduras e hidratos de carbono. Para el postre es preferible elegir entre frutas o lácteos desnatados. Un truco para hacer el plato más apetecible es usar productos de colores diferentes.
2. En el caso de que haya comidas diferentes, pon a cada una en un recipiente distinto. Recordá que los sabores y los olores se mezclan y modifica el gusto final del plato.
3. Llevá las salsas y aderezos separados y agregalos al plato al momento en el que vayas a almorzar.
4. Si quieres sumarle sal a algún plato, hacelo después de haber calentado la comida al microondas porque sino los alimentos pueden secarse. Recuerda que la cantidad diaria máxima recomendada de este mineral son 2 gramos.
5. Si elegiste llevar carne o pescado, rocia el plato con aceite de oliva o limón para que quede más jugoso.
6. No comas en tu mesa de trabajo. Por un lado, vas a apurarte porque es un lugar que tu mente relaciona con el trabajo y hacer otra actividad genera ansiedad.
Por el otro, es necesario desconectar y descansar en la jornada laboral, por lo que es aconsejable un cambio de escenario para cuidar no solamente tu estómago, sino tu salud mental.